Veinte años trabajando con lobos al norte del río Duero

El biólogo valenciano Vicente Palacios lleva desde el año 1998 estudiando a estos grandes carnívoros capaces de suscitar al mismo tiempo simpatía en las ciudades pero aversión en el campo

El año 2015 el biólogo Vicente Palacios leyó su tesis doctoral titulada Comunicación acústica en el lobo ibérico (Canis lupus). Este estudio describió, por primera vez, el coro de aullidos que emiten los lobos ibéricos. Hasta la fecha la mayor parte de estos estudios se habían centrado generalmente en lobos norteamericanos. «Actualmente una parte de la tesis doctoral la estamos aplicando en la gestión y conservación de los lobos. Por ejemplo utilizamos los coros de sus aullidos para obtener información sobre su éxito reproductor y estimar el número de manadas. Analizamos las grabaciones de sus aullidos para obtener información sobre un número mínimo de individuos y lo más importante, detectar si hay cachorros porque eso significa que existe una manada de lobos», ha precisado Palacios. Pero antes de convertirse en doctor en Biología por la Universidad de Valencia, Vicente Palacios ya llevaba 17 años moviéndose entre lobos al norte del río Duero, la frontera fluvial que marca la presencia de este gran carnívoro en la península Ibérica. Hoy en día las manadas más importantes viven confinadas en las comunidades autónomas del noroeste de España. De hecho Palacios está presente desde el año 1998 en cualquier trabajo profesional o académico relacionado con los lobos allí donde estos grandes carnívoros salvajes viven de manera regular. En la actualidad está a punto de finalizar el trabajo de campo de un proyecto de investigación que estudia por primera vez la interacción entre lobos y perros de custodia de ganado, para aprender a sacar el máximo provecho a esta medida de protección. El estudio está dirigido por el profesor José Vicente López Bao de la Unidad de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo (UO-CISC-PA). El proyecto financiado por la Fundación BBVA estudia la dinámica de la interacción entre lobos y perros. El grupo de investigación ha seleccionado una región entre León y Zamora con gran presencia lobuna. El objetivo principal es marcar 6 ejemplares con collares GPS-UHF en tres manadas cercanas. También a 60 perros de raza mastín español que custodien ganado ovino en el territorio ocupado por diversas manadas de lobos. «Nuestro objetivo es comprobar el papel que desempeñan los perros mastines a la hora de proteger los distintos rebaños del ataque de los lobos. Hemos entrevistado a más de 100 ganaderos de ovejas y vacas. Queremos ver su efectividad y utilidad, lo que opinan los pastores que utilizan mastines, el coste de mantener a los perros y si realmente les merece la pena aprovechar este recurso de protección», ha indicado Vicente Palacios. A lo largo de estos 20 años el biólogo valenciano ha realizado multitud de trabajos relacionados con la gestión del lobo en comunidades autónomas como Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. También ha participado en un proyecto Life para detectar la presencia de estos mamíferos carnívoros entre Portugal y Salamanca, ha intervenido en varios censos de lobos nacionales, autonómicos y locales, incluso ha investigado el efecto de los parques eólicos sobre estos animales.

Lobos en la Comunidad Valenciana

Hace casi un siglo que los lobos desaparecieron del territorio valenciano. Desde hace unos pocos años han iniciado una sutil mejoría de la población y una tímida expansión hacia el sur del río Duero. De hecho recientemente se han detectado lobos en Ávila, Segovia y en Madrid. La Comunidad Valenciana, como muchos otros territorios españoles, está sufriendo un gran despoblamiento en las zonas rurales que provoca un cambio en el paisaje. El bosque y el matorral ocupan zonas que antes se cultivaban o se pastoreaban. Este nuevo hábitat es propicio para animales presa del lobo ibérico como el corzo o el jabalí. «Confiábamos en que el lobo se expandiera también por el sistema ibérico y llegara a la Comunidad Valenciana. Pero todo hace indicar que esa expansión es más lenta de lo que podría parecer en un principio aunque no cabe la menor duda que en un futuro si se dan las condiciones puede llegar de forma natural lo que no sabemos decir es si dentro de 5, 10 o 40 años, pero el lobo llegará», ha puntualizado Palacios. La futura llegada del lobo a la Comunidad Valenciana presupone una disyuntiva clara entre los habitantes de las ciudades y de los pueblos del interior. «Nosotros en las ciudades te aseguro que estamos preparados para recibir de nuevo al lobo pero la cuestión es saber si lo está la gente que vive en el campo y la respuesta es que no. Los conflictos se dan principalmente en aquellas zonas donde había desaparecido el lobo y ahora, de nuevo, vuelve a ocupar el territorio. Porque se pierde la forma de manejar el ganado. Si hay lobos y los ganaderos no quieren sufrir daños deberán hacer cambios en el manejo del ganado y eso es muy complicado para determinadas especies. El futuro del lobo estará donde haya pocos problemas con los ganaderos», ha concluido Palacios.

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