Es una de las conclusiones del taller celebrado en Madrid donde expertos de toda España se reunieron para analizar las causas de la muerte de la avifauna contra las torretas eléctricas
El Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad Valenciana (COBCV) representado por el biólogo y colegiado Francisco Atiénzar participó el pasado mes de abril en Madrid en el taller “Soluciones para evitar la electrocución de aves” organizado por SOS Tendidos Eléctricos.
Así las cosas, expertos en el tema y biólogos de diferentes puntos de España se reunieron para aportar soluciones a la pérdida de avifauna derivada de la creación o falta de renovación y mejora de las torres eléctricas distribuidas por la geografía nacional. Entre otras cifras, de los datos tratados, se extrae que en la Comunidad Valenciana perecieron de 2011 a 2017 un total de 1401 aves, la mayoría rapaces y por lo tanto fundamentales para el desarrollo y la continuidad de la cadena trófica. Sin embargo, cabe señalar que estos datos son meramente orientativos ya que, según respalda y asume la Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana en su resolución del 15 de octubre de 2010, las cifras habría que multiplicarlas por cuatro para que se ajustasen a la realidad. Una cifra estimada, en este caso, de 5604 aves. Eso es debido a que las cifras oficiales solo contemplan las aves encontradas y catalogadas pero no contabiliza a todas aquellas cuyos cuerpos no aparecen o fallecen por causas derivadas del choque contra el tendido eléctrico y no directamente en el momento de la colisión entre otros.
Asimismo, se expuso que en el caso particular de la Comunitat Valenciana, la legislación vigente contempla que cuando se encuentre el cadáver de una especie en régimen de protección especial con síntomas de haberse electrocutado se comunicará al titular de dicha instalación que debe acometer las modificaciones pertinentes establecidas en el Real Decreto 1432/2008. Sin embargo, no se impondrá ninguna sanción en caso de no incorporar las mejoras a no ser que haya reiteración en el caso. Cabe resaltar entonces, que, la mayoría de propietarios se preocupa más por ocultar los cadáveres de aves electrocutadas que por implantar las mejoras que evitarían la muerte de cientos de rapaces cada año.
